Presenta un interés del 2,9% con las bonificaciones máximas, está diseñada para ser utilizada en viviendas habituales y segundas residencias, y únicamente impone comisión por amortización.
BBVA se encuentra entre los pocos bancos que actualmente ofrecen hipotecas fijas por debajo del 3%, destacándose como una de las opciones más económicas disponibles en el mercado.
La hipoteca fija de BBVA establece un tipo de interés del 2,90% (3,83% TAE) con las máximas bonificaciones. En otras palabras, para acceder a estas condiciones, el cliente debe domiciliar sus ingresos en la entidad (con una nómina superior a 600 euros, una pensión de más de 300 euros o la cuota de autónomos) y contratar y mantener al día dos seguros: el seguro de hogar y uno de protección de pagos. Este último, que se activa en caso de pérdida del empleo, debe cubrir al menos la mitad del importe de la hipoteca, con un límite máximo de 150.000 euros.
Si no se cumplen estos requisitos, la tasa de interés del préstamo permanece en el 2,90% durante los primeros seis meses, pero luego aumenta en un punto porcentual, alcanzando el 3,90% (4,57% TAE).
Indistintamente de la elección del cliente, la hipoteca está destinada tanto para la adquisición de viviendas habituales como de segundas residencias. En el primer caso, el banco está dispuesto a financiar hasta el 80% del menor de estos dos valores: el precio de mercado del inmueble o su tasación. En cuanto a las segundas viviendas, el límite de financiación se sitúa en un 70%.
En cuanto a las comisiones, no se aplica comisión de apertura, aunque sí hay penalizaciones por amortización anticipada, ya sea un pago parcial o total de la hipoteca. Estos pagos deben ser de al menos 300 euros, y la comisión máxima es del 2% del capital reembolsado anticipadamente si se realiza durante los primeros 10 años del préstamo; a partir de ese momento, la comisión es del 1,5%. Siguiendo la normativa, esta comisión no puede exceder la pérdida financiera que el banco pueda sufrir con la operación.
Respecto al periodo de contratación, BBVA muestra flexibilidad al establecer un límite máximo de 30 años. Sin embargo, esta duración está condicionada a que el titular más joven con ingresos no supere los 70 años en la fecha de vencimiento del contrato hipotecario.
La última condición establecida por el banco es que el cliente debe residir en España y poseer ingresos y patrimonio únicamente en euros.